La mesa redonda es la
presentación de diferentes puntos de vista, no necesariamente
contradictorios, acerca de
un tema determinado, ante un público y con la ayuda de un
moderador. A diferencia del
debate, en la mesa redonda se busca fomentar el diálogo
entre los participantes para
desarrollar el tema desde diferentes áreas o puntos de vista.
Por ello, este tipo de
género oral es el ideal cuando se quiere abordar un tema a fondo sin
caer necesariamente en el
esquema del debate. De manera general, las mesas redondas se
utilizan como complemento de
congresos o ciclos de conferencias, con la intención de
profundizar en temas
específicos.
Al igual que el debate, la
mesa redonda está integrada por un moderador, los
participantes y el público.
El moderador tiene la función de dirigir, organizar, presentar y
cerrar la mesa redonda; este
debe buscar que la información, expuesta por los
participantes, se
complemente abarcando un panorama mucho más amplio. Cada uno de
los participantes tiene la
función de exponer un aspecto sobre el tema elegido que
despierte el interés y
ayude a una mayor comprensión del tema, tanto por parte del
público como por el resto
de los participates. Finalmente, el papel del público se limita a
una sesión de preguntas
que, generalmente, se realizan al concluir la exposición de cada
uno de los participantes de
la mesa redonda.
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